martes, 28 de julio de 2015

Animar como si no hubiera mañana

En este equipo hay una espécie de norma que nunca se ha establecido pero que todas tenemos presente. Si no nadas una prueba tienes que gastar la misma energía que tus compañeras en el agua pero animando desde fuera.

El caso más claro es cuando nada el dúo o el solo, donde las cheerleaders somos más de diez personas, entre nadadoras, fisios, médicos, y alguna entrenadora ya que a pie de piscina sólo permiten el paso a dos. Normalmente durante las competiciones que no son de equipo, mientras el dúo o el solo se prepara, nosotras seguimos entrenando en la piscina de entreno, que en el caso de Kazan se encuentra a menos de diez metros de la de competición. Allí tenemos pantallas gigantes que nos permiten ir siguiendo las rutinas de reojo, entonces cuando van a salir las nuestras nos sacan del agua, siempre apurando porqué cada minuto vale oro y seguro que se puede mejorar algo... Y nos subimos corriendo a las gradas para animar como si no hubiera mañana.

Con las prisas a veces ni nos quitamos el gorro o nos vamos con el albornoz puesto y tenemos una pinta de marujas que no es normal. Pero nosotras lo que queremos es dar mucha energía a nuestras compañeras así que con nuestra voz y algunos cacharros para hacer ruido nos vale. De esta parte se suele encargar Paula Klam, la animadora del grupo que siempre compra carracas, manos gigantes para aplaudir, trompetas o lo que encuentre por ahí. Y al final, junto con la ayuda incondicional de los padres, solemos ser la afición más marchosa de todas.

El otro día nos cogió un ataque de risa porqué justo termina la actuación del dúo técnico de Ona y Clarita y aparece un plano detalle del tattoo de la madrileña con el maquillaje un poco borroso. Nosotras estábamos en proceso de escandalización cuando ipso facto cambian de cámara y nos vemos en la pantalla gigante con una expresión de empanamiento extremo, como podeis comprobar a continuación...


A parte ese día veníamos de la villa porque era muy temprano y se ve que aun no habíamos despertado del todo. Así que poniendo a prueba nuestros reflejos y capacidad de reacción intentamos arreglarlo de la mejor manera posible. Eso pasa por grabarnos al final del ejercicio y no durante que es cuando estamos "on fire". Cuando termina estamos cansadísimas, porque no olvideis que intentamos gastar la misma energía que si estuviéramos en el agua.

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