miércoles, 20 de julio de 2016

Retransmitiendo los JJOO

Solo cuando tu vida toma un giro inesperado empiezas a empaparte de la verdadera espontaneidad.

Hoy finalmente he firmado el contrato para narrar los Juegos Olímpicos con Televisión Española. Voy a colaborar con Julia Luna durante los cinco días de competición de sincro. Así que en vez de entrar a la piscina de Río en bañador voy a entrar con el micro y la carpeta.

Volviendo unos meses atrás...

Debo decir que desde el momento en que no conseguimos la clasificación olímpica, mi previsión para Río 2016 era alojarme en el pueblo más aislado posible, sin internet, ni notícias, ni aparatos electrónicos, y esperar a que pasara la tormenta. Además coincidiría con el viaje-post sincro que venia tramando tiempo atrás; lo tenía todo pensado. Pero como siempre, la vida da más vueltas que una figura de giros (rescato un vídeo antiguo de nuestra modelo Txell, en la entrada Remando sin remos) y a veces uno de esos giros te lleva a cambiar completamente tu perspectiva inicial.





Cuando surgió esta oportunidad, tuve el mítico debate Ángel vs. Demonio (un terrible diálogo interno que todos sufrimos en algun momento de nuestra vida), hasta que definitivamente entendí que era otra forma de implicarme en los Juegos, y que incluso me ayudaría a "reconciliarme" con ellos.





La responsable real de todo esto es Andrea. Hasta la fecha, ella era la encargada de colaborar con TVE para las olimpiadas 2016, pero unos meses atrás se dio cuenta de que iba por un camino incompatible con el Zica. El caso es que pronto tendremos un/a nuevo/a incorporación en la familia Cano Fuentes! Y, a parte de tener que lidiar con la felicidad extrema que todo esto supone, tuvo que re-enfocar su vida a corto plazo; así que me pasó el relevo. Algo os estaba comentando sobre las vueltas que da la vida...

Así pues, cualquier idea que quedase en mi cabeza de no vivir ni un minuto de los Juegos, se ha visto eclipsada por la oportunidad de experimentarlos y comentarlos desde fuera. Las expectativas están altas, intentaré estar a la altura de semejante crack dentro y fuera del agua.

Hasta entonces estaré viajando y descubriendo paraísos escondidos del planeta, que me están llamando hace tiempo, gritando a pleno pulmón.