jueves, 21 de abril de 2016

Colgamos el bañador

Confieso que la "retaguardia" de este blog está repleta de borradores para publicar, que algún día tendré que sacar a la luz... Pero antes que nada, quisiera compartir con vosotros el texto que leímos en nuestra fiesta, el pasado martes en la Nau Bostik de Barcelona. Colgamos el bañador literalmente, o mejor dicho los bañadores. Cada uno de los que utilizamos desde nuestra infancia hasta ahora. 

El planteamiento de la celebración fue despedir un ciclo y dar la bienvenida a otro. Sin embargo, sabemos que aunque dejemos la alta competición jamás podremos romper nuestro vinculo con la sincro. Eso sería como si nos arrancaran de cuajo una parte de nuestro ser, empapado de experiencias, valores y personas maravillosas.

Así que hoy os dejo con las reflexiones y emociones que surgieron hace algunas semanas, cuando tomamos una de las decisiones más importantes y difíciles de nuestra vida.






En castellano

Imagen del Diario Sport, durante la celebración.

Imaginaros inmersas en uno de los proyectos más importantes de vuestra vida. Entregando cuerpo y alma. Imaginaros que dejáis mil y una cosas de lado, que también os hacen felices, pero que no son compatibles con vuestro objetivo. Durante muchos años soñáis con ello por las noches y lo proyectáis durante el día. Os levantáis cuando el cielo está oscuro y volvéis a casa cuando ya no queda ni un rayo de sol, trabajando sin cesar. Imaginaros, que cuando por fin llega la hora de ir a cazar vuestro sueño se escapa delante de vuestros ojos.

Para seguir leyendo y que podáis trasladaros a ese momento, que creo que ya sabéis cual es, nos gustaría que cerraseis los ojos. Tenemos grabada esta escena en la piscina de Río, justo antes de nuestra última actuación

Imaginaros invadidas por un fuerte sentimiento de derrota: acabáis de perder el sueño por el que os habéis desvivido durante muchos años. Os habéis quedado a las puertas de los que hubiesen sido vuestros segundos Juegos Olímpicos. Vuestro cuerpo se encuentra en un estado de fatiga extrema, temblando. La respiración muy alterada, después de 4 minutos de apneas intermitentes. Y la mente en estado de shock. Lleváis mucho tiempo trabajando para esto, y no lo habéis conseguido.

De repente recordáis que no estáis solas. Miráis a vuestro alrededor y veis a las 7 compañeras con quien habéis luchado por este proyecto y con quien necesitáis compartir esta vorágine de sentimientos. Dentro vuestro hay una voz que dice: “Se acabó. Adiós a las Olimpiadas”. Os miráis, mostrando la cara más vulnerable de vuestra alma, y sintiendo que os habéis vaciado a todos los niveles. Hacéis un circulo, con las manos cogidas, creando una gran aurea magnética indestructible, mirándoos fijamente a los ojos, compartiendo, seguramente, el instante más duro de vuestra carrera deportiva.

Recordamos como nos caían las lágrimas. Una mezcla entre rabia, emoción, impotencia. Y que entonces, des de algún remoto lugar en nuestro interior, afloró un sentimiento inmenso de orgullo. Por el esfuerzo de meses y meses, por haber salido a lucharlo, por haber dado todo de nosotras.


Ahora, cuando abráis los ojos, os podemos decir que… Hemos tardado un tiempo en darnos cuenta, pero en ese preciso instante dejamos el equipo. Creemos que en este último mes hemos aprendido más que en toda nuestra vida. De ésta experiencia nos llevamos mucho más de lo que nadie podría esperar jamás. Nos llevamos la capacidad de gestionar situaciones extremas, la experiencia de encontrar magia donde aparentemente solo hay dolor y la oportunidad de fortalecer nuestro espíritu de lucha, con el crecimiento personal que todo esto supone. Ya tenemos más herramientas para nuestra mochila, para afrontar cualquier obstáculo que se nos ponga por delante

Hemos formado parte de un período brillante de la sincronizada, así que mentiríamos si dijésemos que nos vamos solo por no clasificarnos para los Juegos. Nunca se toma una decisión tan importante solo por un factor. Las dos teníamos en mente dejar la selección al final de esta temporada, pero por desgracia, para nosotras, el final de temporada ya ha llegado. Somos conscientes de que pronto nos espera un europeo, pero, ahora mismo, sentimos que la motivación por una Olimpiada no se puede substituir con la de cualquier otra competición. Estaríamos mintiéndonos a nosotras mismas si siguiéramos en este equipo sin ilusión y, todavía peor, estaríamos jugando con los sueños de otras nadadoras. Sabemos con certeza que detrás nuestro vienen con fuerza y ambición, nos lo decía la luz de sus ojos mientras nos cogíamos las manos en Río.

Hemos decidido dejar el equipo porque sentimos que nos hemos vaciado por este deporte y tenemos ganas de buscar nuevos retos. Nos mueven otras inquietudes y proyectos y sentimos que la vida nos espera.

Seguro que en los 8 y 10 años que llevamos en el equipo ha habido muchas cosas que no se han hecho bien. Queremos apelar a la responsabilidad de los directivos y las personas que gestionan nuestro deporte porque la sincro necesita nuevas reflexiones y planteamientos de cara al futuro. Y también a algunos medios de comunicación que quizás de vez en cuando deberían hacer “cerrar los ojos” a sus espectadores, como lo hemos hecho hace un momento, presentando al deportista como alguien de carne y hueso, en vez de una máquina de ganar, marcar goles o hacer mínimas. Somos personas que entregamos nuestra alma a lo que hacemos, y podremos hacerlo mejor o peor, pero en cualquier caso nosotras hemos venido aquí a nadar, jugar o combatir y no a ser títeres de un circo del cotilleo.

Si analizamos el recorrido de nuestra carrera deportiva, hemos sido protagonistas de momentos maravillosos: nunca olvidaremos las noches pasando en seco sobre la cama del fisio, los ataques de risa subacuáticos montando coreografía (siempre saliendo a respirar bien serias para que la entrenadora no nos descubriera), los míticos pasos sincronizados caminando por la calle, descubrir juntas países y culturas increíbles, nuestras reuniones clandestinas en pijama, rodar anuncios de todo tipo, momentos estelares en el nido del cuco, hacer bromas que nadie más entiende: hablar de la “Gertru”, la “farlo” o el “roquet fort”, calentar en el hall de un hotel con espectadores incluidos, o la locura que nos cogía interpretando bailes surrealistas bajo el agua, compitiendo para ver quien tenía más flow.

El otro día, a Paula y a mí se nos ocurrió contar las medallas que hemos conseguido con el equipo desde 2009 hasta hoy. Cada una tenemos más de 50, entre olimpiadas, mundiales, europeos, copas de Europa, trofeos del mundo y competiciones open. Al final las decisiones importantes de permiten coger perspectiva. Nos duele terminar nuestra carrera deportiva con un palo tan fuerte, pero cuando miramos la estela que hemos dejado a nuestro paso, sonreímos y nos sentimos orgullosas.

Como en todos los deportes de equipo, nada hubiese sido posible sin cada una de las compañeras y entrenadoras que nos han acompañado a lo largo de todos estos años, con quienes hemos luchado muchas batallas. Tampoco seriamos quien somos sin el soporte incondicional de nuestras familias. Los que habéis estado siempre al pie del cañón y que nos seguís desde que la mochila era más grande que nosotras. Cuando teníamos miedo de ir al entreno por si tocaba hacer apneas, cuando nos hacíais de canguros al salir del cole, cuando nos pasábamos comidas y cenas enteras hablando de sincro, cuando nos teníais que ayudar a hacer moños y coser lentejuelas, cuando teníais que aguantar competiciones inhumanas de mil horas de figuras… Nuestros queridos padres y hermanos, pareja, primos, tíos, abuelos. Sois nuestro amuleto.

También nos quitamos el sombrero delante de todos los que nos habéis ayudado en nuestra formación personal, académica y profesional.

La gente del CAR que nos habéis acompañado día a día, preparando nuestro cuerpo a todos los niveles, pegándonos caña en las pretemporadas (cuando teníamos que perder algunos quilitos de las vacaciones), escuchando nuestra larga lista de dolores físicos y mentales, investigando por debajo del agua como hacer las acrobacias más altas, recolocando nuestras columnas y caderas en su sitio, guardándonos la pasta integral en la cocina como si fuésemos una especie de secta, enseñándonos a interpretar el sissone y también el “no son” como unas auténticas artistas del Liceo, haciéndonos análisis de sangre con una alegría que a cualquiera le entraba pánico, cambiándonos los exámenes cuando nos coincidían en competiciones, deseándonos “escabeche” antes de comer, arreglándonos el “nido del cuco” para hacer las mejores siestas del mundo, intentando calentar siempre el agua de la piscina, encendiéndonos las luces del gimnasio a las 7 y pico de la mañana y echándonos con cariño cuando el modulo estaba a punto de cerrar (que algún día ya podríais haber cerrado un poco antes!)… Sois vosotros: preparadores físicos, fisios, biomecánicos, médicos, psicólogos, nutricionistas, profesores, tutores, personal de cocina y comedor, trabajadores de mantenimiento, recepcionistas, conserjes, directores, gestores, responsables de prensa.

Y tirando unos años atrás no olvidamos el centro de tecnificación de la Blume, donde aprendimos a ser deportistas, pero sobre todo a ser personas. Allí establecimos grandes vínculos con gente extraordinaria, que por suerte todavía conservamos.

Y todavía más atrás recordamos con cariño nuestros inicios en el club, el Kalli, donde nos apasionamos por el mundo de la sincro, y antes de aprender a levantar una pierna dentro del agua tuvimos que aprender a no ahogarnos en ella.

No queremos olvidarnos de los directivos que nos habéis apoyado y habéis sabido detectar nuestras inquietudes y los medios de comunicación que con responsabilidad profesional habéis estado a la altura de las circunstancias.

Y por último y muy importante, queremos mencionar a todos los amigos de dentro y fuera del deporte, que nos habéis apoyado a lo largo de esta aventura y que juntos esperamos poder empezar muchísimas más.

A todos vosotros, gracias.


Como dice la canción, esto “no es un adiós para siempre”. Es solo una transición de nuestras vidas. Pasamos de nadadoras profesionales a un nuevo estado que por ahora desconocemos, pero sea cual sea, tenemos previsto poner en él la misma ilusión que hemos puesto hasta hoy con la sincro.


En català

Imagen del Diario Sport, bastante puestas en el papel.

Imagineu-vos immerses en un dels projectes més importants de la vostra vida. Entregant-hi cos i ànima. Imagineu-vos que deixeu mil i una coses de banda, que també us fan felices, però que no són compatibles amb el vostre objectiu. Durant molts anys hi somieu de nit, i el projecteu de dia. Us aixequeu quan encara és fosc i arribeu a casa quan el sol ja s’ha post, treballant sense parar. Imagineu-vos, que quan per fi arriba l’hora d’anar a caçar el vostre somni, s’esfuma davant dels vostres ulls.

Per seguir llegint i que us pugueu transportar a aquest moment, que crec ja sabeu quin és, ens agradaria que tanquéssiu els ulls. Tenim al cap gravada aquesta escena, a la piscina de Rio, just després de la nostra última actuació...

Imagineu-vos envaïdes per un fort sentiment de derrota: acabeu de perdre el somni pel que us heu desviscut durant molts anys. Us heu quedat a les portes dels que haguessin estat els vostres segons Jocs Olímpics. El vostre cos es troba en un estat de fatiga extrema, tremolant. La respiració, molt alterada, després de 4 minuts d’apnees intermitents. I la ment, en estat de shock. Porteu molt de temps treballant per això i no ho heu aconseguit.

De sobte recordeu que no esteu soles. Mireu al vostre voltant i veieu a les 7 companyes amb les qui heu lluitat per aquest projecte i amb qui necessiteu compartir aquesta voràgine de sentiments. Dins vostre hi ha una veu que diu: “S’ha acabat. Adéu a les Olimpíades”. Us mireu, mostrant la cara més vulnerable de la vostra ànima, i sentint que us heu buidat a tots els nivells. Feu una rotllana, amb les mans agafades, creant una gran àurea magnètica indestructible, mirant-vos fixament als ulls, compartint, segurament, l’instant més dur de la vostra carrera esportiva.

Recordem com ens queien les llàgrimes, una barreja entre ràbia, emoció i impotència. I que llavors, des d’algun lloc, dins nostre, va aflorar un sentiment immens d’orgull, per l’esforç de mesos i mesos, per haver sortit a lluitar-ho, per haver-ho donat tot de nosaltres.

Ara, quan obriu els ulls, us podem dir que “hem trigat un temps en adonar-nos-en però en aquell precís instant vam deixar l’equip”. Creiem, que en aquest últim mes, hem aprés més que en tota la nostra vida. D’aquesta experiència ens emportem molt més del que ningú podria esperar mai. Ens emportem la capacitat de gestionar situacions extremes, l’experiència de trobar màgia on aparentment només hi ha dolor, i l’oportunitat d’enfortir el nostre esperit de lluita, amb el creixement personal que tot això suposa. Ja tenim més eines per la nostra motxilla, per afrontar qualsevol obstacle que se’ns posi al davant.

Hem format part d’un període brillant de la sincronitzada, així que mentiríem si diguéssim que marxem només per no classificar-nos pels jocs. Mai es pren una decisió tan important només per un factor. Les dues teníem en ment marxar de la selecció al final d’aquesta temporada, però malauradament, per nosaltres, el final de temporada ja ha arribat. Som conscients de que en poc temps hi ha un europeu que ens espera però, ara mateix, sentim que la motivació per una olimpíada no es pot substituir amb cap altra competició. Ens estaríem enganyant a nosaltres mateixes si seguíssim en aquest equip sense il·lusió, i encara pitjor, estaríem jugant amb els somnis d’altres nedadores. Sabem del cert, que darrere venen amb força i ambició, ens ho deia la llum dels seus ulls mentre ens agafàvem de les mans a Rio.

Hem decidit deixar l’equip perquè sentim que ens hem buidat per aquest esport i tenim ganes de buscar nous reptes. Ens mouen altres inquietuds i projectes i sentim que la vida ens espera.

Segur que en els 8 i 10 anys que portem en el equip, hi ha hagut moltes coses que no s’han fet bé. Volem apel·lar a la responsabilitat dels directius i les persones que gestionen el nostre esport perquè la sincro necessita noves reflexions i plantejaments de cara al futur. I també alguns mitjans de comunicació que potser de tant en tan haurien de fer “tancar els ulls” als seus espectadors, com ho hem fet fa un moment, presentant l’esportista com algú de carn i ossos, en comptes d’una màquina de guanyar, marcar gols o fer mínimes. Som persones que entreguem la nostra ànima al que fem i podrem fer-ho millor o pitjor, però en qualsevol dels casos nosaltres hem vingut aquí a nedar, jugar o combatre i no a ser els titelles d’un circ del safareig.

Si analitzem el recorregut de la nostra carrera esportiva, hem estat protagonistes de moments meravellosos: mai oblidarem les nits de passar en sec saltant sobre el llit del fisio, els atacs de riure subaquàtics muntant coreografia (sempre sortint a respirar ben series perquè l’entrenadora no ens descobrís), els mítics passos sincronitzats caminant pel carrer, descobrir juntes països i cultures increïbles, les nostres reunions clandestines en pijama, rodar anuncis de tot tipus, moments estel·lars al nido del cuco, fer bromes que ningú més entén, parlar de la ”Gertru”, la “farlo” o el “roquet fort”, escalfar en el hall d’un hotel amb espectadors inclosos, o la bogeria que ens agafava interpretant balls surrealistes sota l’aigua competint per veure qui tenia més flow.

L’altre dia, a la Paula i a mi se’ns va acudir comptar les medalles que hem aconseguit amb l’equip des de 2009 fins avui. I cadascuna en tenim més de 50, entre olimpíades, mundials, europeus, copes d’Europa, trofeus del món i competicions open. No les havíem contat fins ara. Al final les decisions importants et fan prendre perspectiva. Ens dol acabar la nostra carrera esportiva amb un pal tan fort, però quan mirem l’estela que hem deixat al nostre pas, somriem i n’estem orgulloses.

Com en tots els esports d’equip, res no hagués estat possible sense cadascuna de les companyes i entrenadores que ens han acompanyat al llarg de tots aquests anys, amb les qui hem lluitat moltes batalles. Tampoc seriem qui som sense el suport incondicional de les nostres famílies. Els que sempre heu estat al peu del canó i que ens seguiu des que la motxilla era més gran que nosaltres. Quan teníem por d’anar al entreno per si tocava fer apnees, quan ens fèieu de cangurs al sortir de l’escola, quan ens passàvem dinars i sopars sencers parlant de sincro, quan ens havíeu d’ajudar a fer els monyos i cosir els banyadors, quan havíeu d’aguantar competicions inhumanes de figures, quin era el record mundial d’hores Guillem?... Els nostres estimats pares i germans, parella, cosins, tiets, avis. Sou el nostre amulet.
També ens traiem el barret davant de tots els qui ens heu ajudat en la nostra formació personal, acadèmica i professional.

La gent del CAR, que ens heu acompanyat dia a dia, preparant el nostre cos a tots els nivells, pegant-nos canya en les pretemporades (quan havíem de perdre alguns quilets de les vacances), escoltant la nostra llarga llista de mals físics i mentals, investigant per sota l’aigua com fer les acrobàcies més altes, recol·locant les nostres columnes i malucs al seu lloc, guardant-nos la pasta integral com si fóssim una espècie de secta, ensenyant-nos a interpretar el sissone i també el “no son” com unes autèntiques artistes del Liceu, fent-nos anàlisis de sang amb una alegria que a qualsevol li agafava pànic, canviant-nos els exàmens quan ens coincidien amb competicions, desitjant-nos “escabetxe” abans de dinar, arreglant-nos el “nido del cuco” per fer les millors migdiades del món, intentant escalfar sempre l’aigua de la piscina, encenent-nos les llums del gimnàs a les 7 i pico del matí i fent-nos fora amb carinyo quan el mòdul estava a punt de tancar, que ja podríeu haver tancat una mica abans… Sou vosaltres: preparadors físics, fisios, biomecànics, metges, psicòlegs, nutricionistes, professors, tutors, personal de cuina i menjador, treballadors de manteniment, recepcionistes, conserges, directors, gestors, responsables de premsa.

I tirant uns anys enrere, no oblidem el centre de tecnificació de la Blume, on vam aprendre a ser esportistes però sobretot persones. Allà vam establir grans lligams amb gent extraordinària, que per sort encara conservem.

I encara més enrere, recordem amb carinyo els nostres inicis al club, el Kalli, on ens vam apassionar pel món de la sincro i abans d’aprendre a aixecar una cama dins l’aigua vam haver d’aprendre a no ofegar-nos.

No ens volem oblidar dels directius que ens heu recolzat i heu sabut detectar les nostres inquietuds i els mitjans de comunicació que amb responsabilitat professional heu estat a l’alçada de les circumstàncies.
I per últim i molt important, volem mencionar a tots els amics de dins i fora l’esport, que ens heu recolzat al llarg d’aquesta aventura i que junts esperem començar-ne moltíssimes més.

A tots vosaltres, gràcies.

Com diu aquella cançó, això “no és un adéu per sempre”. És només una transició de la nostra vida. Passem de nedadores professionals a un nou estat que per ara desconeixem, però sigui el que sigui tenim previst posar-hi la mateixa il·lusió que hem posat fins avui amb la sincro.