miércoles, 20 de julio de 2016

Retransmitiendo los JJOO

Solo cuando tu vida toma un giro inesperado empiezas a empaparte de la verdadera espontaneidad.

Hoy finalmente he firmado el contrato para narrar los Juegos Olímpicos con Televisión Española. Voy a colaborar con Julia Luna durante los cinco días de competición de sincro. Así que en vez de entrar a la piscina de Río en bañador voy a entrar con el micro y la carpeta.

Volviendo unos meses atrás...

Debo decir que desde el momento en que no conseguimos la clasificación olímpica, mi previsión para Río 2016 era alojarme en el pueblo más aislado posible, sin internet, ni notícias, ni aparatos electrónicos, y esperar a que pasara la tormenta. Además coincidiría con el viaje-post sincro que venia tramando tiempo atrás; lo tenía todo pensado. Pero como siempre, la vida da más vueltas que una figura de giros (rescato un vídeo antiguo de nuestra modelo Txell, en la entrada Remando sin remos) y a veces uno de esos giros te lleva a cambiar completamente tu perspectiva inicial.





Cuando surgió esta oportunidad, tuve el mítico debate Ángel vs. Demonio (un terrible diálogo interno que todos sufrimos en algun momento de nuestra vida), hasta que definitivamente entendí que era otra forma de implicarme en los Juegos, y que incluso me ayudaría a "reconciliarme" con ellos.





La responsable real de todo esto es Andrea. Hasta la fecha, ella era la encargada de colaborar con TVE para las olimpiadas 2016, pero unos meses atrás se dio cuenta de que iba por un camino incompatible con el Zica. El caso es que pronto tendremos un/a nuevo/a incorporación en la familia Cano Fuentes! Y, a parte de tener que lidiar con la felicidad extrema que todo esto supone, tuvo que re-enfocar su vida a corto plazo; así que me pasó el relevo. Algo os estaba comentando sobre las vueltas que da la vida...

Así pues, cualquier idea que quedase en mi cabeza de no vivir ni un minuto de los Juegos, se ha visto eclipsada por la oportunidad de experimentarlos y comentarlos desde fuera. Las expectativas están altas, intentaré estar a la altura de semejante crack dentro y fuera del agua.

Hasta entonces estaré viajando y descubriendo paraísos escondidos del planeta, que me están llamando hace tiempo, gritando a pleno pulmón.






miércoles, 1 de junio de 2016

Cuando tu ADN tiene branquias

El otro día me tiré a la piscina por primera vez después de dos meses. Que yo recuerde son las "vacaciones sin cloro" más largas que he tenido, desde que empecé a nadar en plan serio. Supongo que tardé en recuperar las ganas de nadar porque mi cuerpo necesitaba romper con la rutina, mis pulmones respirar oxígeno en vez de cloro y mi cerebro descubrir otras posibilidades del medio terrestre. Así que una vez superada esta fase, reconocí mi condición de pez-que-no-puede-vivir-sin-agua, y me fui directa a "entrenar". Las comillas significan que el entreno fue tan en serio como un capítulo de Verano Azul.

El colectivo de nadadoras retiradas estaréis de acuerdo conmigo en que el primer contacto con el medio después de dejar la competición suele ser bastante escandaloso...

Para empezar, solo entrar en la piscina el olor a cloro casi me perfora el conducto nasal. Si hiciera una lista de las cosas que echo de menos de entrenar y las que no, el ácido clorhídrico estaría radicalmente marcado y subrayado en la lista del no: la piel reseca y con olor crónico a lejía, los ojos enrojecidos, los bañadores desteñidos, el pelo a punto de parecer un saco de paja... Y recordando todos estos efectos secundarios, que por fin habían salido de mi vida, fui acercándome al bordillo.

Pensé en tirarme al agua haciendo alguna estupidez, como solíamos hacer con el equipo al principio de los entrenos, pero lo mismo el socorrista se lanzaba detrás mío pensando que me había dado un brote psicótico. Así que me contuve y me tiré de cabeza. En ese momento me invadió la nostalgia, pensé en lo bonito que es pertenecer a un proyecto de grupo y me di cuenta de que esto es el primer punto en mi lista de lo que echo de menos.




Cuando entré en el agua, una parte de mi temía morir ahogada, después de tantos días sin sentir el medio ingrávido; pero en dos segundos recuperé mi ADN de pez y volví a sentirme como en casa. Pensé que esto debe funcionar como el ir en bici, que aunque dejes de hacerlo durante mucho tiempo tu cuerpo es incapaz de olvidarlo. 


El submundo acuático 


Entre brazadas y figuras, acabé perdiendo la noción del tiempo y mientras nadaba me entretuve pensando en cosas peculiares de los deportes de agua. Particularmente en dos:

  • La primera es la posibilidad de bucear. Me juro una aceituna a que no existe una situación parecida en el mundo terrestre. Ni por asomo. Las ondas acuáticas atenúan los ruidos y tu pulso baja en picado cuando buceas, como si el corazón quisiera guardar silencio para no romper ese momento de paz. Entras en una espécie de estado zen flotante. Incluso cuando hacíamos series de 50 metros en apnea sin parar aprendimos a disfrutar de esa tranquilidad.

  • La segunda es que en situaciones de apuro el agua te sirve de escondite. Esto no pasa en la vida normal. Cuando se te está a punto de escapar la risa en un momento comprometido, no tienes la opción de hundirte bajo tierra y desahogarte, sino que te ves obligado a reprimir tus impulsos y mantener la compostura. Así es, en el agua puedes ahogarte, pero también  y mucho más importante, desahogarte. Y una vez le pillas el truco, se convierte en un gran espacio de comunicación. Bajo el agua hemos reído, llorado, gritado, bailado los videoclips más cutres de la historia, nos hemos contado que tal el fin de semana, hemos aprendido a darnos directrices y avisarnos durante las coreografías cuando acechaban los imprevistos.

"Sigue nadando, sigue nadando, nadando, nadando..."

Me fui a casa pensando en todas estas cosas que ya no viviría tan a menudo, pero sintiendo que me esperan otras tantas en la dimensión terrestre. La vida cambia y nosotras con ella; es imprescindible evolucionar.

El próximo día os cuento más peripecias con Olympias, el grupo de exhibición que estamos montando para vivir la sincro de otra manera; con una trupe de cuidado: Andrea y Tina Fuentes, Paula Klamburg, Marga Crespí y aquí la escritora. 

jueves, 21 de abril de 2016

Colgamos el bañador

Confieso que la "retaguardia" de este blog está repleta de borradores para publicar, que algún día tendré que sacar a la luz... Pero antes que nada, quisiera compartir con vosotros el texto que leímos en nuestra fiesta, el pasado martes en la Nau Bostik de Barcelona. Colgamos el bañador literalmente, o mejor dicho los bañadores. Cada uno de los que utilizamos desde nuestra infancia hasta ahora. 

El planteamiento de la celebración fue despedir un ciclo y dar la bienvenida a otro. Sin embargo, sabemos que aunque dejemos la alta competición jamás podremos romper nuestro vinculo con la sincro. Eso sería como si nos arrancaran de cuajo una parte de nuestro ser, empapado de experiencias, valores y personas maravillosas.

Así que hoy os dejo con las reflexiones y emociones que surgieron hace algunas semanas, cuando tomamos una de las decisiones más importantes y difíciles de nuestra vida.






En castellano

Imagen del Diario Sport, durante la celebración.

Imaginaros inmersas en uno de los proyectos más importantes de vuestra vida. Entregando cuerpo y alma. Imaginaros que dejáis mil y una cosas de lado, que también os hacen felices, pero que no son compatibles con vuestro objetivo. Durante muchos años soñáis con ello por las noches y lo proyectáis durante el día. Os levantáis cuando el cielo está oscuro y volvéis a casa cuando ya no queda ni un rayo de sol, trabajando sin cesar. Imaginaros, que cuando por fin llega la hora de ir a cazar vuestro sueño se escapa delante de vuestros ojos.

Para seguir leyendo y que podáis trasladaros a ese momento, que creo que ya sabéis cual es, nos gustaría que cerraseis los ojos. Tenemos grabada esta escena en la piscina de Río, justo antes de nuestra última actuación

Imaginaros invadidas por un fuerte sentimiento de derrota: acabáis de perder el sueño por el que os habéis desvivido durante muchos años. Os habéis quedado a las puertas de los que hubiesen sido vuestros segundos Juegos Olímpicos. Vuestro cuerpo se encuentra en un estado de fatiga extrema, temblando. La respiración muy alterada, después de 4 minutos de apneas intermitentes. Y la mente en estado de shock. Lleváis mucho tiempo trabajando para esto, y no lo habéis conseguido.

De repente recordáis que no estáis solas. Miráis a vuestro alrededor y veis a las 7 compañeras con quien habéis luchado por este proyecto y con quien necesitáis compartir esta vorágine de sentimientos. Dentro vuestro hay una voz que dice: “Se acabó. Adiós a las Olimpiadas”. Os miráis, mostrando la cara más vulnerable de vuestra alma, y sintiendo que os habéis vaciado a todos los niveles. Hacéis un circulo, con las manos cogidas, creando una gran aurea magnética indestructible, mirándoos fijamente a los ojos, compartiendo, seguramente, el instante más duro de vuestra carrera deportiva.

Recordamos como nos caían las lágrimas. Una mezcla entre rabia, emoción, impotencia. Y que entonces, des de algún remoto lugar en nuestro interior, afloró un sentimiento inmenso de orgullo. Por el esfuerzo de meses y meses, por haber salido a lucharlo, por haber dado todo de nosotras.


Ahora, cuando abráis los ojos, os podemos decir que… Hemos tardado un tiempo en darnos cuenta, pero en ese preciso instante dejamos el equipo. Creemos que en este último mes hemos aprendido más que en toda nuestra vida. De ésta experiencia nos llevamos mucho más de lo que nadie podría esperar jamás. Nos llevamos la capacidad de gestionar situaciones extremas, la experiencia de encontrar magia donde aparentemente solo hay dolor y la oportunidad de fortalecer nuestro espíritu de lucha, con el crecimiento personal que todo esto supone. Ya tenemos más herramientas para nuestra mochila, para afrontar cualquier obstáculo que se nos ponga por delante

Hemos formado parte de un período brillante de la sincronizada, así que mentiríamos si dijésemos que nos vamos solo por no clasificarnos para los Juegos. Nunca se toma una decisión tan importante solo por un factor. Las dos teníamos en mente dejar la selección al final de esta temporada, pero por desgracia, para nosotras, el final de temporada ya ha llegado. Somos conscientes de que pronto nos espera un europeo, pero, ahora mismo, sentimos que la motivación por una Olimpiada no se puede substituir con la de cualquier otra competición. Estaríamos mintiéndonos a nosotras mismas si siguiéramos en este equipo sin ilusión y, todavía peor, estaríamos jugando con los sueños de otras nadadoras. Sabemos con certeza que detrás nuestro vienen con fuerza y ambición, nos lo decía la luz de sus ojos mientras nos cogíamos las manos en Río.

Hemos decidido dejar el equipo porque sentimos que nos hemos vaciado por este deporte y tenemos ganas de buscar nuevos retos. Nos mueven otras inquietudes y proyectos y sentimos que la vida nos espera.

Seguro que en los 8 y 10 años que llevamos en el equipo ha habido muchas cosas que no se han hecho bien. Queremos apelar a la responsabilidad de los directivos y las personas que gestionan nuestro deporte porque la sincro necesita nuevas reflexiones y planteamientos de cara al futuro. Y también a algunos medios de comunicación que quizás de vez en cuando deberían hacer “cerrar los ojos” a sus espectadores, como lo hemos hecho hace un momento, presentando al deportista como alguien de carne y hueso, en vez de una máquina de ganar, marcar goles o hacer mínimas. Somos personas que entregamos nuestra alma a lo que hacemos, y podremos hacerlo mejor o peor, pero en cualquier caso nosotras hemos venido aquí a nadar, jugar o combatir y no a ser títeres de un circo del cotilleo.

Si analizamos el recorrido de nuestra carrera deportiva, hemos sido protagonistas de momentos maravillosos: nunca olvidaremos las noches pasando en seco sobre la cama del fisio, los ataques de risa subacuáticos montando coreografía (siempre saliendo a respirar bien serias para que la entrenadora no nos descubriera), los míticos pasos sincronizados caminando por la calle, descubrir juntas países y culturas increíbles, nuestras reuniones clandestinas en pijama, rodar anuncios de todo tipo, momentos estelares en el nido del cuco, hacer bromas que nadie más entiende: hablar de la “Gertru”, la “farlo” o el “roquet fort”, calentar en el hall de un hotel con espectadores incluidos, o la locura que nos cogía interpretando bailes surrealistas bajo el agua, compitiendo para ver quien tenía más flow.

El otro día, a Paula y a mí se nos ocurrió contar las medallas que hemos conseguido con el equipo desde 2009 hasta hoy. Cada una tenemos más de 50, entre olimpiadas, mundiales, europeos, copas de Europa, trofeos del mundo y competiciones open. Al final las decisiones importantes de permiten coger perspectiva. Nos duele terminar nuestra carrera deportiva con un palo tan fuerte, pero cuando miramos la estela que hemos dejado a nuestro paso, sonreímos y nos sentimos orgullosas.

Como en todos los deportes de equipo, nada hubiese sido posible sin cada una de las compañeras y entrenadoras que nos han acompañado a lo largo de todos estos años, con quienes hemos luchado muchas batallas. Tampoco seriamos quien somos sin el soporte incondicional de nuestras familias. Los que habéis estado siempre al pie del cañón y que nos seguís desde que la mochila era más grande que nosotras. Cuando teníamos miedo de ir al entreno por si tocaba hacer apneas, cuando nos hacíais de canguros al salir del cole, cuando nos pasábamos comidas y cenas enteras hablando de sincro, cuando nos teníais que ayudar a hacer moños y coser lentejuelas, cuando teníais que aguantar competiciones inhumanas de mil horas de figuras… Nuestros queridos padres y hermanos, pareja, primos, tíos, abuelos. Sois nuestro amuleto.

También nos quitamos el sombrero delante de todos los que nos habéis ayudado en nuestra formación personal, académica y profesional.

La gente del CAR que nos habéis acompañado día a día, preparando nuestro cuerpo a todos los niveles, pegándonos caña en las pretemporadas (cuando teníamos que perder algunos quilitos de las vacaciones), escuchando nuestra larga lista de dolores físicos y mentales, investigando por debajo del agua como hacer las acrobacias más altas, recolocando nuestras columnas y caderas en su sitio, guardándonos la pasta integral en la cocina como si fuésemos una especie de secta, enseñándonos a interpretar el sissone y también el “no son” como unas auténticas artistas del Liceo, haciéndonos análisis de sangre con una alegría que a cualquiera le entraba pánico, cambiándonos los exámenes cuando nos coincidían en competiciones, deseándonos “escabeche” antes de comer, arreglándonos el “nido del cuco” para hacer las mejores siestas del mundo, intentando calentar siempre el agua de la piscina, encendiéndonos las luces del gimnasio a las 7 y pico de la mañana y echándonos con cariño cuando el modulo estaba a punto de cerrar (que algún día ya podríais haber cerrado un poco antes!)… Sois vosotros: preparadores físicos, fisios, biomecánicos, médicos, psicólogos, nutricionistas, profesores, tutores, personal de cocina y comedor, trabajadores de mantenimiento, recepcionistas, conserjes, directores, gestores, responsables de prensa.

Y tirando unos años atrás no olvidamos el centro de tecnificación de la Blume, donde aprendimos a ser deportistas, pero sobre todo a ser personas. Allí establecimos grandes vínculos con gente extraordinaria, que por suerte todavía conservamos.

Y todavía más atrás recordamos con cariño nuestros inicios en el club, el Kalli, donde nos apasionamos por el mundo de la sincro, y antes de aprender a levantar una pierna dentro del agua tuvimos que aprender a no ahogarnos en ella.

No queremos olvidarnos de los directivos que nos habéis apoyado y habéis sabido detectar nuestras inquietudes y los medios de comunicación que con responsabilidad profesional habéis estado a la altura de las circunstancias.

Y por último y muy importante, queremos mencionar a todos los amigos de dentro y fuera del deporte, que nos habéis apoyado a lo largo de esta aventura y que juntos esperamos poder empezar muchísimas más.

A todos vosotros, gracias.


Como dice la canción, esto “no es un adiós para siempre”. Es solo una transición de nuestras vidas. Pasamos de nadadoras profesionales a un nuevo estado que por ahora desconocemos, pero sea cual sea, tenemos previsto poner en él la misma ilusión que hemos puesto hasta hoy con la sincro.


En català

Imagen del Diario Sport, bastante puestas en el papel.

Imagineu-vos immerses en un dels projectes més importants de la vostra vida. Entregant-hi cos i ànima. Imagineu-vos que deixeu mil i una coses de banda, que també us fan felices, però que no són compatibles amb el vostre objectiu. Durant molts anys hi somieu de nit, i el projecteu de dia. Us aixequeu quan encara és fosc i arribeu a casa quan el sol ja s’ha post, treballant sense parar. Imagineu-vos, que quan per fi arriba l’hora d’anar a caçar el vostre somni, s’esfuma davant dels vostres ulls.

Per seguir llegint i que us pugueu transportar a aquest moment, que crec ja sabeu quin és, ens agradaria que tanquéssiu els ulls. Tenim al cap gravada aquesta escena, a la piscina de Rio, just després de la nostra última actuació...

Imagineu-vos envaïdes per un fort sentiment de derrota: acabeu de perdre el somni pel que us heu desviscut durant molts anys. Us heu quedat a les portes dels que haguessin estat els vostres segons Jocs Olímpics. El vostre cos es troba en un estat de fatiga extrema, tremolant. La respiració, molt alterada, després de 4 minuts d’apnees intermitents. I la ment, en estat de shock. Porteu molt de temps treballant per això i no ho heu aconseguit.

De sobte recordeu que no esteu soles. Mireu al vostre voltant i veieu a les 7 companyes amb les qui heu lluitat per aquest projecte i amb qui necessiteu compartir aquesta voràgine de sentiments. Dins vostre hi ha una veu que diu: “S’ha acabat. Adéu a les Olimpíades”. Us mireu, mostrant la cara més vulnerable de la vostra ànima, i sentint que us heu buidat a tots els nivells. Feu una rotllana, amb les mans agafades, creant una gran àurea magnètica indestructible, mirant-vos fixament als ulls, compartint, segurament, l’instant més dur de la vostra carrera esportiva.

Recordem com ens queien les llàgrimes, una barreja entre ràbia, emoció i impotència. I que llavors, des d’algun lloc, dins nostre, va aflorar un sentiment immens d’orgull, per l’esforç de mesos i mesos, per haver sortit a lluitar-ho, per haver-ho donat tot de nosaltres.

Ara, quan obriu els ulls, us podem dir que “hem trigat un temps en adonar-nos-en però en aquell precís instant vam deixar l’equip”. Creiem, que en aquest últim mes, hem aprés més que en tota la nostra vida. D’aquesta experiència ens emportem molt més del que ningú podria esperar mai. Ens emportem la capacitat de gestionar situacions extremes, l’experiència de trobar màgia on aparentment només hi ha dolor, i l’oportunitat d’enfortir el nostre esperit de lluita, amb el creixement personal que tot això suposa. Ja tenim més eines per la nostra motxilla, per afrontar qualsevol obstacle que se’ns posi al davant.

Hem format part d’un període brillant de la sincronitzada, així que mentiríem si diguéssim que marxem només per no classificar-nos pels jocs. Mai es pren una decisió tan important només per un factor. Les dues teníem en ment marxar de la selecció al final d’aquesta temporada, però malauradament, per nosaltres, el final de temporada ja ha arribat. Som conscients de que en poc temps hi ha un europeu que ens espera però, ara mateix, sentim que la motivació per una olimpíada no es pot substituir amb cap altra competició. Ens estaríem enganyant a nosaltres mateixes si seguíssim en aquest equip sense il·lusió, i encara pitjor, estaríem jugant amb els somnis d’altres nedadores. Sabem del cert, que darrere venen amb força i ambició, ens ho deia la llum dels seus ulls mentre ens agafàvem de les mans a Rio.

Hem decidit deixar l’equip perquè sentim que ens hem buidat per aquest esport i tenim ganes de buscar nous reptes. Ens mouen altres inquietuds i projectes i sentim que la vida ens espera.

Segur que en els 8 i 10 anys que portem en el equip, hi ha hagut moltes coses que no s’han fet bé. Volem apel·lar a la responsabilitat dels directius i les persones que gestionen el nostre esport perquè la sincro necessita noves reflexions i plantejaments de cara al futur. I també alguns mitjans de comunicació que potser de tant en tan haurien de fer “tancar els ulls” als seus espectadors, com ho hem fet fa un moment, presentant l’esportista com algú de carn i ossos, en comptes d’una màquina de guanyar, marcar gols o fer mínimes. Som persones que entreguem la nostra ànima al que fem i podrem fer-ho millor o pitjor, però en qualsevol dels casos nosaltres hem vingut aquí a nedar, jugar o combatre i no a ser els titelles d’un circ del safareig.

Si analitzem el recorregut de la nostra carrera esportiva, hem estat protagonistes de moments meravellosos: mai oblidarem les nits de passar en sec saltant sobre el llit del fisio, els atacs de riure subaquàtics muntant coreografia (sempre sortint a respirar ben series perquè l’entrenadora no ens descobrís), els mítics passos sincronitzats caminant pel carrer, descobrir juntes països i cultures increïbles, les nostres reunions clandestines en pijama, rodar anuncis de tot tipus, moments estel·lars al nido del cuco, fer bromes que ningú més entén, parlar de la ”Gertru”, la “farlo” o el “roquet fort”, escalfar en el hall d’un hotel amb espectadors inclosos, o la bogeria que ens agafava interpretant balls surrealistes sota l’aigua competint per veure qui tenia més flow.

L’altre dia, a la Paula i a mi se’ns va acudir comptar les medalles que hem aconseguit amb l’equip des de 2009 fins avui. I cadascuna en tenim més de 50, entre olimpíades, mundials, europeus, copes d’Europa, trofeus del món i competicions open. No les havíem contat fins ara. Al final les decisions importants et fan prendre perspectiva. Ens dol acabar la nostra carrera esportiva amb un pal tan fort, però quan mirem l’estela que hem deixat al nostre pas, somriem i n’estem orgulloses.

Com en tots els esports d’equip, res no hagués estat possible sense cadascuna de les companyes i entrenadores que ens han acompanyat al llarg de tots aquests anys, amb les qui hem lluitat moltes batalles. Tampoc seriem qui som sense el suport incondicional de les nostres famílies. Els que sempre heu estat al peu del canó i que ens seguiu des que la motxilla era més gran que nosaltres. Quan teníem por d’anar al entreno per si tocava fer apnees, quan ens fèieu de cangurs al sortir de l’escola, quan ens passàvem dinars i sopars sencers parlant de sincro, quan ens havíeu d’ajudar a fer els monyos i cosir els banyadors, quan havíeu d’aguantar competicions inhumanes de figures, quin era el record mundial d’hores Guillem?... Els nostres estimats pares i germans, parella, cosins, tiets, avis. Sou el nostre amulet.
També ens traiem el barret davant de tots els qui ens heu ajudat en la nostra formació personal, acadèmica i professional.

La gent del CAR, que ens heu acompanyat dia a dia, preparant el nostre cos a tots els nivells, pegant-nos canya en les pretemporades (quan havíem de perdre alguns quilets de les vacances), escoltant la nostra llarga llista de mals físics i mentals, investigant per sota l’aigua com fer les acrobàcies més altes, recol·locant les nostres columnes i malucs al seu lloc, guardant-nos la pasta integral com si fóssim una espècie de secta, ensenyant-nos a interpretar el sissone i també el “no son” com unes autèntiques artistes del Liceu, fent-nos anàlisis de sang amb una alegria que a qualsevol li agafava pànic, canviant-nos els exàmens quan ens coincidien amb competicions, desitjant-nos “escabetxe” abans de dinar, arreglant-nos el “nido del cuco” per fer les millors migdiades del món, intentant escalfar sempre l’aigua de la piscina, encenent-nos les llums del gimnàs a les 7 i pico del matí i fent-nos fora amb carinyo quan el mòdul estava a punt de tancar, que ja podríeu haver tancat una mica abans… Sou vosaltres: preparadors físics, fisios, biomecànics, metges, psicòlegs, nutricionistes, professors, tutors, personal de cuina i menjador, treballadors de manteniment, recepcionistes, conserges, directors, gestors, responsables de premsa.

I tirant uns anys enrere, no oblidem el centre de tecnificació de la Blume, on vam aprendre a ser esportistes però sobretot persones. Allà vam establir grans lligams amb gent extraordinària, que per sort encara conservem.

I encara més enrere, recordem amb carinyo els nostres inicis al club, el Kalli, on ens vam apassionar pel món de la sincro i abans d’aprendre a aixecar una cama dins l’aigua vam haver d’aprendre a no ofegar-nos.

No ens volem oblidar dels directius que ens heu recolzat i heu sabut detectar les nostres inquietuds i els mitjans de comunicació que amb responsabilitat professional heu estat a l’alçada de les circumstàncies.
I per últim i molt important, volem mencionar a tots els amics de dins i fora l’esport, que ens heu recolzat al llarg d’aquesta aventura i que junts esperem començar-ne moltíssimes més.

A tots vosaltres, gràcies.

Com diu aquella cançó, això “no és un adéu per sempre”. És només una transició de la nostra vida. Passem de nedadores professionals a un nou estat que per ara desconeixem, però sigui el que sigui tenim previst posar-hi la mateixa il·lusió que hem posat fins avui amb la sincro.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Rituales antes de competir

No soy bruja, ni medium, ni Sandro Rey disfrazado de nadadora, pero después de tantas batallitas compartidas con el equipo puedo visualizar perfectamente lo que va a pasar estos días en los momentos previos a la competición...


La noche anterior

Gemma, aunque tenga que aguantarse los ojos abiertos con palillos del cansancio, pondrá en práctica el "no te acostarás sin leer una página más". Dedicar unos minutos a la lectura es su forma de canalizar la energía antes de ir a dormir, para coger el sueño con menos nervios. Seguro que en la cena o de camino al cuarto hace una videollamada con sus dos hijos rubitos y espabilados que le recordarán con toda convicción que su mamá es "la más guapa y la mejor del mundo". 

Unas habitaciones a la derecha, imaginando que lo vemos todo con una cámara oculta cenital, nos encontramos a Clara, esitrada en la cama con los cascos puestos (para no traumatizar a Cris con rituales musicales). Esta soy yo. Mi introducción a la calma cuando se avecina la tormenta (o se atormenta la vecina, ahora no lo recuerdo bién) consiste en sumergirme en la Séptima sinfonía de Beethoven. Como cada ritual, tiene una história, y es que Andrea me dejó escucharla antes de mi debut en un mundial absoluto y desde entonces es mi inyección de seguridad y confianza para todas las competiciones.


Pijama de "murciégalo", 7a sinfonía y alineación de los astros son la clave del éxito

Paula Ramirez tiene bien guardada en su mesita de noche una fotografía que hace años le regaló su madre (que junto con la de Cecil forman el dúo de cheerleaders más profesional de la história de la sincro). Antes de cerrar los ojos volverá a leer el mensaje que se oculta detrás de esa foto, que le recuerda el sueño que persigue desde que era una niña. Y con ese eliciente y motivación pasará a la fase rem más rápido que un colibrí estresado. Es una gran virtud tener facilidad para dormirse!


Ya en la piscina

Clarita, alias "missis preparación de artilugios", se asegurará por enésima vez de que ha dejado sus cosas perfectamente ordenadas al lado de la mochila: chanclas rectas delante de su botella de agua, toalla doblada con escuadra y cartabón...

Ona, después del mítico "patas arriba esto es un atraco", que consiste en estirarse un buen rato con las piernas en alto, va a solicitar asistencia de alguna de las entrenadoras para que le mueva los brazos y las piernas. Entre ella y Sara que, por su salud física y mental, necesitará sí o sí petarse todos los dedos de los pies para estar a punto, igual por un momento parecemos las muñecas de Famosa en proceso de articulación.


Ona recuperando la circulación sanguínea después del "patas arriba"

Al contrario que Ona, Txell no podrá estar ni un minuto quieta antes de competir, ella necesita moverse, calentar y también echarse agua por encima constantemente y Cris beber todo el rato sin parar, como si no hubiera mañana. Luego está Alba que no saltará al agua sin dar una palmadita en todos los culos del equipo.

Y finalmente, para la colocación de pinzas cada una tiene su estrategia. Por ejemplo Sara y Txell se las van a poner y sacar de la nariz tantas veces como sea necesario para asegurarse de que no se les van a caer y Paula Klam se encargará de que alguna entrenadora custodie sus "pinzas de entreno" medio gastadas para competir con unas nuevas. Alba, al estilo misión imposible, esconderá las de repuesto en su bañador de manera que en caso de emergencia pueda cogerlas con un solo dedo. Y Cecil sin duda llevará por lo menos tres de recambio, no vaya a ser que llegue el ataque de las anguilas psicópatas y ladronas de pinzas en plena actuación.


Camuflar el repertorio de tattoos también es una parte importante dentro de los rituales de cada una


Podría apostarme una aceituna a que todo esto va a pasar de la forma que lo he contado, y quienes me conocen saben que nunca jugaría con algo así sin estar completamente segura.

domingo, 28 de febrero de 2016

Las mejores se adaptan

De todas las cosas del mundo carioca a las que nos hemos tenido que adaptar: jet lag, sol tropical, humedad que te hace parcer una salamandra caminando por la calle, cocina a base de tanto ajo que asustaríamos a mil vampiros etc., hay una que se nos resiste. Nunca pensé que diríamos esto pero... El agua de la piscina está ardiendo! Nos pasamos los entrenos con complejo de bolsita para el té. Entre esto y el sol abrasador en pleno febrero, nuestro cuerpo está empezando a preguntarse donde se ha metido. De verdad que hacer deporte con sensación térmica de 400 grados es algo bastante desagradable. Tu cabeza se cree que estás en un balneario de aguas termales y el cuerpo reacciona con una parsimonia pasmosa. Acostumbradas a pasar frío, luego pasa lo que pasa. No queríais caldo? Pues dos tazas, una piscina entera ya que estamos.

Existe una frase muy adecuada para la ocasión, que nos han repetido desde pequeñas, y dice "las buenas se quejan, las mejores se adaptan". Así que ya de paso la ponemos en práctica. Como nos van los retos, hemos decidido apechugar con el tema y punto.


Bolsitas del té en acción. Uno de los elementos más explosivos del equipo técnico llamado Barracuda
El objetivo es sacar lo máximo de tu cuerpo fuera del agua con la propulsión de los brazos.


Hoy por fin han empezado los entrenos oficiales. Los primeros 4 días casi tuvimos la piscina olímpica para nosotras solas, junto con Italia y Brasil, así que hemos podido entrenar con mucho espacio y bastante tranquilidad. Digo bastante porque la tranquilidad total no es del todo compatible con la palabra competición. Es decir, que aunque lo tengas todo controlado siempre hay nervios, tensión, algún imprevisto de última hora...

Total, que hoy han llegado los demás países, con los que nos veremos las caras próximamente y nos enfrentaremos para ver quien se merece la clasificación para los JJOO.

Hasta hoy teníamos a nuestro autobusero particular que nos recogía y llevaba al centro acuático cuando queríamos, pero de hoy en adelante existen unos horarios de transporte para todo el mundo, una planificación de los entrenos donde cada país tiene derecho a X minutos de música en la piscina de competición etc.





Debo decir que muchas veces envidiamos a los países que ya están clasificados para las olimpiadas (el mejor de cada continente), pero hay una cosa en la que les sacamos ventaja: nosotras podemos hacer la prueba piloto antes de los juegos. Tenemos la oportunidad de conocer las instalaciones, probar las distáncias y medidas de la piscina, entrenar en las condiciones climáticas y ambientales de la ciudad... Que nos pique el mosquito del Zika e inmunizarnos para siempre del maldito virus... Con esto, ya que estamos, aprovecho para decir que desde aquí no hemos oído ni una sola señal de alarma con respecto a esta "gravísima epidémia" que tanto preocupa en Europa. Será que por desgracia este país se enfrenta a muchas otras enfermedades y problemas como por ejemplo la erradicación de la pobreza.


Volviendo a nuestro mundo de burbujas... Os paso el calendario de competición:

Miércoles 2. 11:15h (15:15 en casa) DUO TÉCNICO
Jueves 3. 11:15h (15:15 en casa) DUO LIBRE
Sábado 5. 11:15h (15:15 en casa) EQUIPO TÉCNICO
Domingo 6. 11:15h (15:15 en casa) EQUIPO LIBRE

Cuando sepamos si alguna de nuestras actuaciones va a ser retransmitida por algun recóndito lugar de las catacumbas de los medios de comunicación os lo haremos saber! Mientras tanto mucho entreno, agua, sol y sentido del humor.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Brasil a la vista!

En viajes como el de hoy, casi 11 horas sobrevolando el océano para llegar a Rio de Janeiro, o eres la más rápida del Oeste y encuentras el máximo de asientos libres y juntos para poder estirarte o estás perdida.

Ona y yo casi nos ponemos a llorar de la emoción cuando la azafata nos ha dicho que había dos filas de cuatro asientos libres, pero una vez instaladas: mantas, almohadas, auriculares, libro, libretas & company, nos sentamos en la butaca, miramos hacia adelante para ver cuantas películas podríamos tragarnos esta vez, y... ¡Sorpresa! ¡¡¡No hay tele!!! Nos hemos mirado con cara de "donde está la cámara oculta" y después de pasarnos un rato haciendo complot contra la situación nos hemos puesto a buscar alternativas de entretenimiento. 



Con el madrugón que nos hemos pegado hoy hemos aprovechado para recuperar horas de sueño, hemos charlado durante horas, pasando revista de todos los asuntos habidos y por haber, hemos leído, escuchado música, jugado al juego de las palabras, cosido lentejuelas, aguantado con paciencia a los típicos bebés que se pasan todo el viaje llorando...




Por suerte cuando ya se nos empezaban a agotar las ideas se ve que han puesto una peli medio potable en las pantallas comunes, que casi tenías que utilizar prismáticos para ver algo, pero bueno, peor es nada. Y mientras algunas del equipo se entretenían con ella, las marajás de los cuatro asientos en línea nos hemos dedicado a hacer un recopilatorio de todas las formas de sentarnos y estirarnos en un avión que se nos han pasado por la cabeza.




Entre una cosa y otra de repente alguien ha exclamado... Brasil a la vista! Y solo poner un pie en el aeropuerto nos ha entrado como una claustrofobia inhumana por pasar de 15 grados a 35, y nosotras con pantalones largos chaquetas y bufanda. Por suerte hemos traido un buen arsenal de ropa corta, bikinis y cremas de sol para solucionarlo pronto!


jueves, 11 de febrero de 2016

Luchando por las Olimpiadas

Cada día del mundo mundial sabemos de qué color lleva los calcetines Leo Messi, y luego una vez cada cuatro años oímos hablar de "el resto de deportes". Ahora que se acercan las pruebas preolímpicas es bueno recordar algunas cosas sobre el evento deportivo más grande del planeta, y la lucha de sus protagonistas...

Miles de años atrás en la antigua Grecia, el deporte era considerado un signo de equilibrio entre la fortaleza física y espiritual. Fueron ellos quienes inventaron los Juegos del deporte, un encuentro que se celebraba cada cuatro años en honor al dios Zeus en la ciudad de Olimpia, situada al pie del monte más alto de toda la región, el Olimpo. Todo muy original y poco repetitivo. En aquel entonces solo los hombres libres de habla griega podían competir en dichas pruebas. Su lema era Citius, altius, fortius, así que el vencedor sería el "más rápido, más alto y más fuerte".

De las Olimpiadas Antiguas...
Representación esculpida del lanzamiento de disco,
por Mirón de Eléuteras, siglo V a.C 


Desde la recuperación de los Juegos Olímpicos en la edad moderna (s.XIX), los cinco aros simbolizan la inclusión de todos los continentes y, aunque todavía queda mucho recorrido por hacer, cada vez es es más notable la participación femenina (en Londres 2012: 45% mujeres vs. 65% hombres). La incorporación de múltiples deportes también ha ido en aumento, estableciéndose además la modalidad paralímpica.

En resumen, que con tanta evolución a todos los niveles alguien tuvo que pararse un momento a poner un poco de orden. Actualmente, todas las competiciones deportivas medio serias, incluso los torneos de petanca con los que se recrean los abuelos los domingos por la tarde, se rigen por un código. En el caso de los Juegos Olímpicos, donde ya pasamos al nivel de serio para arriba, existe la Carta Olímpica, creada por el Comité Olímpico Internacional para regular sus propios principios, reglas y estatutos. En esta Carta, que no es el típico escrito del programa "Hay una carta para ti" sino un conjunto de artículos muy emocionantes que ocupan más de 100 páginas, encontramos lo que mucha gente se pregunta una vez cada cuatro años... ¿Cuales son los requisitos para que un deporte pueda considerarse olímpico?

  • Que esté dotado de un código anti-dopaje
  • Que se componga de modalidad masculina y femenina
  • Que se desarrolle en un mínimo de 4 continentes en el caso de los hombres y 3 para las mujeres
  • Que se practique por lo menos en 75 países en la modalidad masculina y en 40 en la femenina


El caso de la sincronizada

Si reflexionamos un momento, no es muy difícil darnos cuenta de que la sincro no encaja demasiado en este perfil. Pero no seré yo quien lo discuta, solo faltaría que me metiera solita en este jardín de auto-boicot... El debate es mucho más profundo y complejo para abordarlo aquí y ahora. ¿Qué ha pasado entonces con el caso de nuestro deporte? Para entenderlo un poco y de manera general, podemos decir que el COI ha adoptado la técnica del "café para todos". Es decir, que si la natación sincronizada va a ser un deporte olímpico deberá representar a todo el mundo. Literalmente. Así pues, todos los países que se clasifiquen para los JJOO, tanto en la prueba de equipo como en la de dúo (porque no existe ni solo ni combo), tienen que venir de los cinco continentes.

Partiendo de la base de que ir a unas olimpiadas no es gratis, los mecanismos de clasificación son:
  • Dúo: 24 parejas. Se clasifican 10 países automáticamente, los dos mejores de cada continente (incluyendo el organizador). Los 14 restantes se disputan la plaza en el preolímpico.
  • Equipo: 8 conjuntos de 9 nadadoras, es decir las titulares y una suplente. Pasan 5 países automáticamente (también incluyendo el organizador), el mejor de cada continente. Los 3 restantes se disputan la plaza en el preolímpico.
De las Olimpiadas Modernas...
Representaión esculpida en carne y hueso de la concentración latente antes de "saltar al ruedo",
con las artistas Andrea y Gemma, Beijing 2008


Centrándonos en la prueba por equipos, y para entenderlo mejor, podemos tomar como ejemplo la clasificación de los últimos Juegos Olímpicos de Londres 2012: 



Si nos fijamos en el ranking mundial del año anterior (Shanghai 2011) observamos que los ocho primeros no coinciden con los clasificados para las olimpiadas (Londres 2012), por lo tanto lo que acaba pasando con este sistema es que no siempre los mejores pueden optar a la plaza olímpica.


 Rusia, preolímpico

7ª Italia


2ª China, mejor de Asia


8ª Francia


 España, preolímpico


9ª Estados Unidos


 Canadá, mejor de América


10ª Inglaterra, país organizador


 Japón, preolímpico

17ª Egipto, mejor de África

6ª Ucrania

18ª Australia, mejor de Oceania


Peces camuflados de la selección española.
De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Thaïs, Clara, Alba, Irene, Andrea, Paula, Marga, Ona


Esto hace que la clasificación por equipos suela ser bastante movidita e incluso provoque algunas controversias. En Grecia, la palabra Olimpo significa "lo más alto en lo más alto". Es difícil pues, entender que en unos Juegos, donde se debería alcanzar el máximo nivel, los ocho equipos clasificados no sean los ocho mejores del mundo, y eso pasa porque en general la calidad de las nadadoras en Europa, Asia y América es superior al de África y Oceanía. Sin embargo, de no existir el "café para todos", la sincro no podría ser un deporte olímpico.

En el caso de nuestro equipo, para escapar del clasificatorio preolímpico deberíamos batir a Rusia, las eternas vencedoras de todos los campeonatos habidos y por haber desde hace casi 15 años, o celebrar unas olimpiadas en casa para clasificarnos automáticamente como país organizador. Pero como de momento no es el caso de ninguna de las dos, tendremos que pasar la aduana correspondiente, que si superamos nos permitirá acceder a los juegos de Rio 2016.




De momento están dentro los cinco continentes: Brasil por ser anfitriona, Rusia, China, Egipto y Australia. La lucha por los tres puestos restantes será a principios de marzo en Rio, donde cada equipo presentará su rutina técnica y la libre, el promedio de las cuales va a determinar quienes merecen llegar hasta la cumbre del Olimpo brasileño.