miércoles, 24 de febrero de 2016

Brasil a la vista!

En viajes como el de hoy, casi 11 horas sobrevolando el océano para llegar a Rio de Janeiro, o eres la más rápida del Oeste y encuentras el máximo de asientos libres y juntos para poder estirarte o estás perdida.

Ona y yo casi nos ponemos a llorar de la emoción cuando la azafata nos ha dicho que había dos filas de cuatro asientos libres, pero una vez instaladas: mantas, almohadas, auriculares, libro, libretas & company, nos sentamos en la butaca, miramos hacia adelante para ver cuantas películas podríamos tragarnos esta vez, y... ¡Sorpresa! ¡¡¡No hay tele!!! Nos hemos mirado con cara de "donde está la cámara oculta" y después de pasarnos un rato haciendo complot contra la situación nos hemos puesto a buscar alternativas de entretenimiento. 



Con el madrugón que nos hemos pegado hoy hemos aprovechado para recuperar horas de sueño, hemos charlado durante horas, pasando revista de todos los asuntos habidos y por haber, hemos leído, escuchado música, jugado al juego de las palabras, cosido lentejuelas, aguantado con paciencia a los típicos bebés que se pasan todo el viaje llorando...




Por suerte cuando ya se nos empezaban a agotar las ideas se ve que han puesto una peli medio potable en las pantallas comunes, que casi tenías que utilizar prismáticos para ver algo, pero bueno, peor es nada. Y mientras algunas del equipo se entretenían con ella, las marajás de los cuatro asientos en línea nos hemos dedicado a hacer un recopilatorio de todas las formas de sentarnos y estirarnos en un avión que se nos han pasado por la cabeza.




Entre una cosa y otra de repente alguien ha exclamado... Brasil a la vista! Y solo poner un pie en el aeropuerto nos ha entrado como una claustrofobia inhumana por pasar de 15 grados a 35, y nosotras con pantalones largos chaquetas y bufanda. Por suerte hemos traido un buen arsenal de ropa corta, bikinis y cremas de sol para solucionarlo pronto!


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