viernes, 31 de julio de 2015

Patas arriba

Todos los que nos conocéis y habéis convivido con nosotras sabéis perfectamente que cuando viajamos no podemos estar más de diez minutos sentadas en una posición normal. Es decir sin poner los pies en el reposa cabezas del asiento de delante o donde sea para estirar las piernas.

Ya es un ritual del equipo llegar al típico autobús de la organización, que siempre nos recoge en el aeropuerto, y sentarnos todas patas arriba. Me acuerdo que una vez viajando en avión hacia México, de repente se me acerca un azafato y me dice: perdona, tus compañeras se sientan un poco raro, no? Y efectivamente saco la cabeza por el pasillo y veo todo de pies saliendo como antenas por encima de las cabezas de los pasajeros... La gente debe alucinar con nosotras.



Y hago esta introducción porque para nuestra sorpresa, al llegar a la villa, la primera norma que nos comunicó nuestro amigo Constantin (un voluntario que por cierto sospechamos que se quiere casar con Cecil o algo así) fue: "lo siento por vuestra flexibilidad pero en estos autobuses está prohibido poner los pies en cualquier lugar que no sea el suelo". Un escándalo total. El resumen es que llevamos un récord de dos semanas sentándonos como la gente normal.

Todo sea para que no se enfade Constantin... Al principio pensamos, estas normas tan raras que significan? Los rituales de los deportistas no se tocan. Pero luego empezamos a observar fenómenos paranormales de los de la organización, como por ejemplo que cada vez que subíamos al bus sellaban las puertas con pegatinas (por si entrara algun indeseable durante el trayecto), y cada vez que llegábamos a la villa un hombre vestido de camuflaje se ponía a mirar los "bajos" del transporte con un espejo con ruedas... (por si encontrara algun regalo relleno de dinamita). Así que nuestra intuición nos dice que a esta gente le preocupan los atentados terroristas. No se en que puede interferir poner las piernas en alto pero por si acaso seguiremos sin hacerlo.



Y ahora entre tú y yo, cuidado con las apariencias porqué detrás de estas sonrisas se encuentra alguna terrorista infiltrada... Menudo peligro!

martes, 28 de julio de 2015

Animar como si no hubiera mañana

En este equipo hay una espécie de norma que nunca se ha establecido pero que todas tenemos presente. Si no nadas una prueba tienes que gastar la misma energía que tus compañeras en el agua pero animando desde fuera.

El caso más claro es cuando nada el dúo o el solo, donde las cheerleaders somos más de diez personas, entre nadadoras, fisios, médicos, y alguna entrenadora ya que a pie de piscina sólo permiten el paso a dos. Normalmente durante las competiciones que no son de equipo, mientras el dúo o el solo se prepara, nosotras seguimos entrenando en la piscina de entreno, que en el caso de Kazan se encuentra a menos de diez metros de la de competición. Allí tenemos pantallas gigantes que nos permiten ir siguiendo las rutinas de reojo, entonces cuando van a salir las nuestras nos sacan del agua, siempre apurando porqué cada minuto vale oro y seguro que se puede mejorar algo... Y nos subimos corriendo a las gradas para animar como si no hubiera mañana.

Con las prisas a veces ni nos quitamos el gorro o nos vamos con el albornoz puesto y tenemos una pinta de marujas que no es normal. Pero nosotras lo que queremos es dar mucha energía a nuestras compañeras así que con nuestra voz y algunos cacharros para hacer ruido nos vale. De esta parte se suele encargar Paula Klam, la animadora del grupo que siempre compra carracas, manos gigantes para aplaudir, trompetas o lo que encuentre por ahí. Y al final, junto con la ayuda incondicional de los padres, solemos ser la afición más marchosa de todas.

El otro día nos cogió un ataque de risa porqué justo termina la actuación del dúo técnico de Ona y Clarita y aparece un plano detalle del tattoo de la madrileña con el maquillaje un poco borroso. Nosotras estábamos en proceso de escandalización cuando ipso facto cambian de cámara y nos vemos en la pantalla gigante con una expresión de empanamiento extremo, como podeis comprobar a continuación...


A parte ese día veníamos de la villa porque era muy temprano y se ve que aun no habíamos despertado del todo. Así que poniendo a prueba nuestros reflejos y capacidad de reacción intentamos arreglarlo de la mejor manera posible. Eso pasa por grabarnos al final del ejercicio y no durante que es cuando estamos "on fire". Cuando termina estamos cansadísimas, porque no olvideis que intentamos gastar la misma energía que si estuviéramos en el agua.

domingo, 26 de julio de 2015

Sincronizando día y noche

Son casi las 22h de la noche y aprovechamos para repasar los últimos detalles para la final de equipo técnico de mañana. Lo que nosotras llamamos pasar en seco.

Somos conscientes que entre el segundo puesto del ranking y el quinto hay menos de un punto de distancia, y eso podria ser una décima más de cada juez en un elemento. Será una competición dificil, pero habrá que lucharla.


Por suerte nuestras habitaciones están al fondo de uno de los pasillos del edificio (donde habitamos todos los países de habla hispana). Porque no me quiero ni imaginar que montaramos este tipo de circo nocturno en un lugar transitado por nadadores, saltadores, waterpolistas y compañia.

Llegas a la villa cansado, despues de un largo día de competición y solo piensas en meterte en la cama y dormir. Pero conforme vas acercándote a tu habitación percibes que va subiendo el volumen de una canción muy marchosa acompañada por voces bastante estridentes... Y de pronto aparecen delante de ti ocho chicas en pijama moviéndose sincronizadamente y muy rápido por el pasillo, diciendo números en voz alta, haciendo cosas rarísimas con los brazos y la cabeza y sonriendo como si aquello fuese lo más divertido del planeta. Después de procesar esa escena, la persona en cuestión podría terminar con transtornos mentales muy serios, y nosotras no queremos ser responsables de ningún trauma de este tipo.

Así que como iba diciendo, mucho mejor estar aisladas en este lado del edificio, en nuestro mundo donde es normal estirarse en el sofá con una pierna tocando la cabeza, hablar en nuestro idioma sincronizado o "nadar las coreografias por el aire" antes de ir a dormir.

viernes, 24 de julio de 2015

Preparadas, apunten, fuego!

Estamos en la salita donde confluyen todas las habitaciones del equipo con un tinglado de sofás y camillas que solo podiamos haber montado nosotras. Mientras unas se preparan físicamente con el fisioterapeuta (alias Antonio, el salvador del grupo), las otras lo hacen psicológicamente comentando el vídeo del entreno de hoy. Todo está en orden para la competición de equipo técnico de mañana. Que por cierto empieza a las 14h de aquí, una menos en vuestra casa, y salimos 16.

Gemma y Pau, los showmans del grupo, se han pasado cinco minutos haciendo una performance de "como maquillar a tu pareja de dúo" y casi morimos de un ataque de risa. En un momento de locura hemos tenido la tentación de pintarle unicejas y bigote como Charlie Chaplin pero al final hemos abortado misión. 


Esto no es serio. Pero estoy segura de que en unas horas empezará a serlo... Todas construimos nuestra propia burbuja cuando se acercan momentos de tensión. Es nuestro mecanismo de alerta, predisponemos todos nuestros sentidos para afrontar un objetivo y que cuando llegue el momento de la acción no nos pueda desconcentrar ni una mosca.

Paula Klam nos acaba de informar a Cris y a mi que esta noche vendrá a nuestro cuarto de fiesta de pijamas, para no molestar a Ona que mañana inaugura el campeonato con la prueba de solo técnico y tiene que levantarse ni más ni menos que a las 4:50 de la madrugada. Así que hoy me toca dormir con dos marmotas que si me descuido ya iran por el tercer sueño cuando entre en la habitación...

miércoles, 22 de julio de 2015

Como Vladimir por su casa

Después de unos días de aclimatación en Rusia casi empezamos a sentirnos como en casa. Remarco el "casi" porque después del último mundial en Barcelona es difícil sentirse tan arropado en cualquier otro lugar del mundo.

Como es lógico, lo primero que hicimos solo llegar a la villa de deportistas (la misma donde se celebró la Universiada 2013) fue descargar el equipaje y empezar a organizar nuestras habitaciones. Lo que no es tan lógico son las maletas tamaño trailer que nos hemos traido todas como si viniéramos aquí a exiliarnos para siempre. En verdad miento, todas excepto Pau, el único chico de la expedicion junto a nuestro fisio António, que le sobraba tanto espacio en su maleta que más bién parecía nuestra mochila de entreno. Ya os contaré más cosas sobre la nueva incorporación masculina del grupo, pero se ha adaptado como un hermano más en la família.

En segundo lugar pasamos al plan "hola bricomaníacos, hoy taparemos las ventanas con bolsas de basura porque a las 3 de la mañana se hace de día y aquí no existen las cortinas". 


El aspecto final no es muy glamuroso pero como comprenderéis nos interesa bastante descansar decentemente por las noches. Y con lo apañaditas que somos en un momento zanjamos el asunto.

También nos caracterizamos por ser bastante observadoras y cuirosas, por lo que para empezar a familiarizarnos con la lengua nos estamos aprendiendo el alfabeto ruso y vamos por todas partes leyendo carteles como cuando los niños empiezan a leer. Aquí todas las indicaciones del recinto están traducidas al inglés, pero tengo que decir que la primera vez que estuvimos en Rusia, Campeonato del mundo junior en San Petesburgo (con Ona, Cris, Marga, Irene, Laia, Paula, Muriel, etc.), el panorama fue muy distinto. Nos llevaron a un sitio bastante terrorifico que parecia el castillo encantado, donde los muelles de la cama te sacaban un ojo y la luz del ascensor se apagaba cuando subías... Por todas partes sólo aparecia información en ruso, incluso si preguntabas a los de la organización te respondian en ruso, así que había menos facilidades que cuando intentas subir al autobus en hora punta. Y me acuerdo que siempre leíamos un cartel donde ponía "PECTOPA", que si lees en su alfabeto significa "restaurant" pero nosotras lo pronunciábamos a lo rusañol y los voluntarios nos miraban raro... Total que "pectopá" se ha quedado como nombre oficial de "comedor".

Y volviendo al momento presente, digo que nos sentimos casi como Vladimir por su casa porqué en nuestro edificio de la villa, donde vivimos en mini pisos por parejas, nos han asignado una especie de tutoras que se encargan de que no nos falte nada y todas hablan bastante bién el castellano. Así que podemos decir que nos estan cuidando con cariño.

El otro día bajé a pedir hielo, el mejor amigo del deportista, y me encontré con dos chicas en recepción. Siempre se ponen contentas cuando vas a preguntarles algo, así pueden practicar el idioma, pero esta vez pusieron cara de incertidumbre y se miraron entre sí como diciendo "se lo dices tu o yo?". Y al cabo de unos segundos de silencio incómodo una se me acerca y dice: - Solo es posible con propósitos (aquí se atascó un poco y la otra la tuvo que ayudar a terminar la palabra) deportivos. Tuve que contenerme para no ponerme a reir, y por un momento pensé con qué pintas debia estar yendo por la villa para que se pensaran que queria preparar unas copas o algo por el estilo... En fin, por suerte entendieron que mi único propósito era deportivo y me fui tan contenta con mi bolsa reparadora de lesiones.

domingo, 5 de julio de 2015

Acrobacias sobre agua

Habéis visto esa peli en la que un grupo de jóvenes zarpan a alta mar con un barco, caen casual y desafortunadamente todos al agua y ya no pueden volver a subir a cubierta nunca más?


Escena de A la deriva, película de 2006 dirigida por Hans Horn.

Yo no, pero solo con el tráiler se ve clarísimo que esto le pasa a un equipo de sincro y en dos minutos estamos todas arriba. Poniéndonos en situación de tal caso, para alcanzar la altura del barco tendríamos que ser por lo menos ocho personas. Es un tema que nos hemos planteado alguna vez con el equipo… ¿y si nos cayéramos todas al mar qué? Pues en primer lugar intentaríamos organizarnos rápidamente para formar una estructura de salto: es decir colocarnos unas encima de las otras, agarrándonos mutuamente para empujar a una del grupo lo más alto posible. Luego nos pondriamos de acuerdo en los tiempos para propulsar ese salto, es decir "coger carrerilla" por debajo del agua. Entonces nos hundiríamos todas, alguna contaría esos tiempos y la saltimbanki en cuestión saldría disparada hasta agarrarse al palo mayor o donde fuese. Y a partir de aquí en un abrir y cerrar de ojos estaríamos todas subiendo por la cuerda que ella misma nos tendería desde arriba.

Con esta introducción, a parte de concienciar a la población de la importancia de saber hacer sincro para la vida cotidiana, quería resaltar el valor del trabajo en equipo para ejecutar este tipo de elementos. En sincro, las acrobacias que hacen las nadadoras durante el ejercicio son un indicativo de sus habilidades y su capacidad creativa. Hay diferentes tipos de acrobacias:

Los saltos, cuando el equipo lanza a una de las nadadoras hacia arriba con fuerza explosiva.

1. Combo Cats 2006
2. Equipo libre Océano 2012
3. Combo Stairway to heaven 2009
4. Equipo libre África 2007

Las subidas, estructuras de equilibrio y estabilidad donde el equipo aguanta a una o varias nadadoras con control isométrico.

1. Equipo libre Dalí 2004
2. Equipo libre Océano 2012
3. Equipo libre La casa encantada 2009

Las plataformas o planchas, donde una de nosotras se estira en posición horizontal simulando una “mesa” para poder aguantar a otra compañera que se sube encima con mucho arte...

1. Equipo acrobático 2010
2. Combo Elvis Presley 2014


Y a partir de aquí todas las combinaciones posibles que permita la imaginación.

1. Equipo libre La casa encantada 2010
2. Equipo libre Océano 2012
3. Equipo libre Samsara 2014

Nuestro deporte se podria considerar simultáneo, es decir un híbrido entre equipo e individual. Es de equipo porque participamos como grupo pero a la vez es individual porque aunque nademos juntas técnicamente no necesitamos a “la otra” para hacer la coreografía. Para que os hagáis una idea nosotras no esperamos el “pase” de una compañera ni estamos pendientes de una determinada acción suya para seguir los pasos de la rutina, sino que las ocho hacemos los mismos movimientos simultáneamente. Es más, nos podríais separar una por una y seriamos capaces de nadar el equipo solas. Aún y así, hay un momento en el que estas circunstancias cambian y cada nadadora adquiere un rol complementario al de la vecina, sin el cual la coreografía no podría funcionar. Ese momento son las acrobacias y es allí donde se demuestra la fuerza y la compenetración de un equipo.

Cada una de las nadadoras es importantísima en la estructura de un salto, subida o plataforma, porque todo funciona como el mecanismo de un reloj. Solo con que una empuje menos de lo que debería, se coloque por debajo de las demás o llegue tarde a los números establecidos con la música puede descompensar el trabajo de las otras siete y que ese elemento falle.


Investigando acrobacias


Durante el proceso de creación de una coreografía solemos hacer lluvia de ideas tanto de movimientos como de acrobacias. Es importante poner sobre la mesa todas las locuras que se nos ocurran porque aunque al principio parezcan imposibles casi siempre podemos adaptarlas y crear algo que nadie habia imaginado antes, que es en definitiva lo que hace interesante nuestro deporte.

Posible subida para cuando exista la modalidad de equipos de 20 personas

Una vez se nos ha ido un poco la pinza y tenemos varias ideas, es el momento de probar si son factibles o no. En el agua estudiamos cual es la mejor forma de colocarnos unas y otras para aguantar a la o las compañeras que suben y marcamos unos tiempos para unificar las fuerzas de propulsión de las que empujan. Tengo que decir que cuando se ve sincro por la tele parece todo muy fácil pero en los entrenos nos hemos metido unas palizas de cuidado...


Colocación de dos saltos

Hay que reconocer que antes de probar según que subidas hay una clarísima tensión en el ambiente que se manifiesta con miradas de alerta y silencio intranquilo, que se suele romper cuando alguna dice "todo el mundo atento que nos podemos abrir la cabeza". Y tanto las que salen arriba como las de abajo activamos un sexto sentido del "como la lies ya veras" donde debemos fijarnos en hacer exactamente lo que hemos pactado porque hay un elevado peligro de colisión. Y aun teniendo todo el cuidado del mundo varias veces hemos terminado con puntos en la cabeza, la nariz sangrando, un esguince en el brazo o el ojo a la virulé estilo Quasimodo, el jorobado de Notre Dame... 

Durante los primeros días de probar una acrobacia de riesgo es importante vigilar todos los detalles para evitar cualquier descompensación y sus posibles catástrofes... Así es como las mecanizamos para mostrarsela a jueces y público el día de la competición, donde convertimos en arte aquello que nos ha costado algunos arañazos y cicatrices.